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Britney Spears reclama su libertad en el juicio sobre la tutela abusiva de su padre

#FreeBritney más fuerte que nunca






“Antes creía que nadie me iba a creer. Creía que la gente se burlaría de mí. Pero ahora quiero recuperar mi vida. Ha sido suficiente”. Estas son solo alguna de las declaraciones que Britney Spears ha dado a un tribunal de Los Ángeles para poner fin de una vez por todas el control absoluto que tiene su padre sobre la propia vida de la artista. En una vista telemática solicitada por ella misma ha reclamado el poder decidir sobre su vida, sin tener que estar dominada a una tutela abusiva de 13 años de duración. Britney ha declarado que sus tutores rechazan completamente cualquier tipo de petición a nivel personal o profesional para poder continuar con el poder de todas las facetas de la vida de la artista.


Esta tutela comenzó tras el colapso nervioso que sufrió en 2008, cuando se determinó que la cantante necesitaba un tutor legal. Su padre fue el elegido judicialmente y desde entonces gestiona cualquier detalle, desde sus finanzas hasta cualquier aspecto de su vida personal. Esto implica directamente una represión absoluta de Britney ante la obligación de acatar cualquier directriz. Una de ellas, continuar trabajando sin descanso en los años posteriores. Muchos fans y compañeras de la industria apoyaron el movimiento #FreeBritney para declarar el posible abuso del entorno de la cantante.





Por ello, Britney ha alzado su voz en los más de 20 minutos de testimonio ante la juez Brenda Penny para pedir incluso la cárcel para todos los involucrados en su custodia, incluida su manager. Ha confesado abiertamente que la obligaron a continuar actuando sin parar a pesar de sus problemas de salud mental. Además, la han impuesto asistir 3 veces por semana a un psiquiatra y la implantación de un DIU para que no pueda volver a quedarse embarazada. Este control es equiparable al de una posible víctima de trata: “hacer que trabaje en contra de mi voluntad, quitándome mis pertenencias, mi tarjeta de crédito, mi dinero, el teléfono, mi pasaporte y poniéndome en una casa donde trabajo para las personas que viven conmigo”.


Su padre Jamie Spears y su abogado tan solo han comentado que lamentan que la artista esté sufriendo tanto. A pesar de todos los abusos que Britney ha confesado, a lo único que han recurrido es al silencio. Ese mismo silencio es el que le impusieron a la artista durante la última década para que no comentase nada sobre lo que sucedía en los términos de su tutela. Tanto es así, que tras resistirse a realizar ciertos conciertos en Nevada, sustituyeron sus medicamentos habituales por litio, sin consultar con ella nada en absoluto.


Britney se convirtió en una leyenda a principios de los 2000 ante su forma particular de reformular el pop y, tristemente, ha sido cancelada mediáticamente por determinados escándalos o sucesos dramáticos en vez de ser valorada por su brillante carrera. La lucha por destapar las discriminaciones constantes y la cosificación que sufrió la artista es uno de los pilares sobre los que erigió Venus de Vinilo y desde aquí nos unimos completamente a #FreeBritney.



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