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El homenaje de María José Llergo en 'Que tú me quieras'

La artista alaba el trabajo de la tierra en forma de canto a sus orígenes en la sierra

Después del éxito de su primer álbum, 'Sanación', y de triunfar en COLORS, María José Llergo suma a su último tema, Mi huella, una nueva canción mucho más minimalista y en un registro diferente. Que tú me quieras es un homenaje a su abuelo Pepe y un recuerdo eterno de su tierra cordobesa; una composición llena de honestidad, amor y emoción.


Aunque en una versión mucho más intimista, la cantautora repite producción con Lost Twin para construir una canción clásica, pero llena de sonidos innovadores y variados. La melodía es una constante percusión de palmas flamencas a la que se incorporan efectos electrónicos y, conjuntamente, visten a una voz dulce cargada de quejíos'. Un trabajo cien por cien fruto de la experimentación y de la intención de transmitir en un plano más espiritual.


Lo más bello de la nueva composición de la artista es, precisamente, esa "declaración de amor" íntegramente de su puño y letra que María José hace a su abuelo, en agradecimiento a la persona que la llevó al mundo del flamenco y de la que aprendió gran parte de quien es encima de un escenario. Así, Que tú me quieras describe cómo su amor es lo único que necesita para seguir adelante aunque nadie en el mundo la comprenda. También, describe el paisaje de su sierra de forma repetida, entrando en un bucle hipnótico entre lugares y recuerdos.

"No sientas pena cuando la tarde se duerma, vendrá la noche con su mantilla de perlas; dicen las flores de lo alto de la sierra que van vestías con los diamantes de la niebla"

María José Llergo completa el estreno de su nuevo sencillo con un videoclip casero, filmado con su propia cámara, en el que muestra rincones y paisajes de su Pozoblanco natal. El vídeo sigue al sol desde la ventanilla de un coche, camina por las calles del municipio, recorre su naturaleza y desemboca en las olas del mar acompañado en todo momento de los destellos de luz. A su vez, nos muestra momentos compartidos con su abuelo -la sonrisa de Pepe-, un caballo pastando, los olivos, la gente en los bares, unas palmas llevando el compás y una guitarra a medio afinar. Todas estas instantáneas se sucedan cada vez más rápido hasta que el tema termina.



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