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Elsa y Elmar en un final de 'Corazones negros'

La cantautora colombiana describe una ruptura en el segundo adelanto de su próximo álbum

El próximo trabajo discográfico de Elsa y Elmar está a la vuelta de la esquina. El pasado jueves a las 11:11AM -hora escogida intencionadamente por las creencias que se le vinculan-, la artista presentaba corazones negros, un segundo sencillo en el que habla de las relaciones amorosas y, especialmente, de las dificultades que preceden a una ruptura.


En abril de este mismo año la cantautora lanzó el primer single del disco, hasta dónde se enamora, un tema que explora los límites personales en el amor y, en consecuencia, con ella reivindica el amor propio. Elsa critica las historias con las que disfrazamos algo perjudicial cuando quedamos atrapados en una relación y no sabemos/queremos buscar la salida, cegados por "amor". Siguiendo esta filosofía de "perder para aprender", llega corazones negros, una canción mucho más nostálgica en la que desmiente que las relaciones sean para toda la vida -incluso las que parezca que así vaya a ser-.


Además de la voz cargada de personalidad de la colombiana, que garantiza un sello inconfundible en sus canciones, en esta ocasión ha trabajado con Alizzz como productor. El resultado es una canción pop, llena de sonidos electrónicos y elementos que recuerdan al trap. Para la composición, ha contado con Julián Bernal y Luis Jiménez.

"Yo también pensé que íbamos a estar juntos hasta el final. Y ahora qué más da. Yo también pensé que esto iba a aguantar, pero pudo más nuestra realidad que las ganas. Yo también pensé, también lo soñé y aposté sin ver. ¿Cómo iba a saber que te iba a doler?"

Así, manda corazones negros en sustitución de más palabras hirientes, un "lo siento" que no sabe pronunciarse y una historia que no quiere soltar del todo. Estos emojis en particular le sirven para terminar la conversación.


El videoclip que también ha presentado Elsa y Elmar para este nuevo single es un proyecto lleno de contrastes y oscuridad, dirigido por Daniel Uribe en Ciudad de México. La mirada perdida de Elsa es protagonista -junto a su actitud reflexiva y los diferentes estilismos- en múltiples escenarios en los que el tiempo se ha detenido. En la hoguera arden los recuerdos del pasado, él huye de su propio coche, personas de todo tipo la rodean en una cama, un salón repleto de gente espera su discurso y un chat de Whatsapp reducido al doble check azul.


Sin duda, la imagen más impactante es la habitación blanca en la que la artista ha aceptado dispararse una flecha, que ya lleva clavada en el pecho. Además de un plano final en el que mira fijamente al frente, tras haber dado por terminada una historia que abandona el stand by y se precipita a su fin.



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