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La 'Gitana' de Marlena sale por fin a bailar

Después del éxito de 'Me sabe mal', Ana y Carol se atreven con un tema próximo al flamenco

El dúo formado por Ana Legazpi y Carolina Moyano presentaron a finales del año pasado su primer sencillo en su nueva etapa como Marlena, Sociedad Limitada; hace unos meses lanzaron Me sabe mal, una canción que ha tenido gran acogida entre el público, llegando a estar entre los temas más virales de Spotify. Ahora, las madrileñas apuestan por el pop flamenco en su nuevo tema, Gitana.


En varias ocasiones han contado que tenían clarísimo este single por cómo respondía la gente en sus conciertos. Y es que esta composición escrita por Ana cuenta de nuevo con la producción de allnightproducer y suma el sello inconfundible de la guitarra de Riki Rivera. Además, en esta melodía que navega entre varios estilos -demostrando la gran personalidad del grupo-, son indispensables las palmas y los coros.


En cuanto a la historia de Gitana, según explica su autora, esta habla de "un amor no correspondido, inalcanzable y casi platónico. Esas personas que sin apenas conocerlas te quitan el sueño, ese flechazo que te atraviesa y te deja con mil dudas, que sabes que nunca podrás tener, pero que no puedes evitar soñar e imaginar". Es más, en la descripción que hace de su gitana particular, la presenta como una mujer de gran coraza por fuera y rota por dentro, de las que te complican la vida pero con tensión inevitable, de las que envenenan con su piel. De hecho, la vocalista de Marlena concluye que esto no es difícil ni complicado, sino imposible.

"Parecía de esas que juegan a su manera, que te tocan y tu mundo ya está dando vueltas; yo la miraba por si el momento se acababa y aquí estoy cantando de madrugada"

El tema viene acompañado de un plano secuencia rodado en el tablao El corral de la morería de Madrid. Esta producción de Omglobal cuenta la historia de un amor casi platónico entre Ana Legazpi y la bailarina que regenta el tablao flamenco, interpretada por la actriz Ana Caldas. Desde que le sirve la primera copa de vino, la artista se enamora de la camarera y empieza a cantarle, con la esperanza de que su amor vaya más allá. La recorre con la mirada, se acercan e intenta seducirla. Al final de cada noche, la bailarina deja el delantal y tira de tacones y abanico para ofrecer su espectáculo y acaban, antes de cerrar el bar, bailando juntas a milímetros de los labios de la otra.


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