La cantautora presenta el primer adelanto del que será su álbum debut
La madrileña, que debutó en 2020 con el lanzamiento de su EP acústico 'Tranquila', ha generado en estos últimos meses mucha expectación en torno a su primer álbum de estudio, aún sin título, que verá la luz el próximo año. Y es que la joven artista ya ha compartido colaboraciones y escenarios con compañeros de la talla de Ismael Serrano y Xoel López, a quien acompaña en su última gira como parte de la banda. Por ahora podemos escuchar nada, el adelanto que Ede acaba de presentar y que abre esta nueva etapa.
Como es habitual, el single se trata de una composición íntegra de Elena Villa y cuenta con la producción musical de Bela Transa, un tándem formado por Julio Martín, Sergio Fernández y Mario Carrión, quiénes también trabajarán junto a la cantautora en sus próximos estrenos.
En este sencillo, la artista va más allá del formato acústico e íntimo de su primer proyecto, en busca de su sello personal. nada evidencia grandes influencias del R&B, el soul y sonidos tradicionales de la música indie. Así, Ede construye una melodía orgánica que combina con distorsiones vocales llenas de aire e incorpora fragmentos de ritmo muy marcado.
A su vez, el tema es un canto a reconocerse, amarse, descubrirse y disfrutarse a una misma. En su letra, la cantautora parte de una persona que solo reside en su imaginación y a la que se entrega con total libertad. Es más, desde la máxima intimidad, describe un intenso cuerpo a cuerpo que hace que entre sábanas exista una sola piel y cómo ella desearía que fuese real; aunque el despertar del sueño, la noche sigue siendo oscuridad -más allá de las fantasías y lo intangible-.
"Pienso en ti como si existieras, dibujo tu piel siempre a mi manera; dime dónde estás, sal de mi cabeza y ven a mis manos y ven a mi vera"
El estreno viene acompañado de un videoclip, dirigido por la misma Ede junto a Lucía Moreno, que plasma en una representación pura y casi literal los versos de la canción. Se trata de un visual cargado de sensualidad y protagonizado por una coreografía a tres -con la participación de los bailarines Christian y Mario González- que sigue el compás de la melodía. Además, destaca el contraste entre el fondo negro y la cálida luz que les ilumina en tonos neutros, potenciando la interpretación emocional de la artista, el simbolismo de la tela que les separa y las caricias que les mantienen físicamente unidos.
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