Maialen lanza por sorpresa un EP con composiciones que seguían escondidas en su libreta
PUNTUACIÓN DE VENUS:
Después de lanzar Inconstantes vitales, la canción que estaba oculta en la edición física de Sinapsis, su álbum debut, Maialen Gurbindo lanza un nuevo EP con cuatro "canciones olvidadas", canciones que no pudieron estar en el disco, pero que son temas muy personales y en un formato más acústico y desnudo. Son "3 canciones pequeñitas y una sorpresa", ha dicho ella, aunque la realidad es que Chica Sobresalto ya las incluyó en los formatos físicos de Fusión del núcleo y Adrenalina y como "regalo" por el pre-save digital de Selección Natural.
Para anunciar este nuevo proyecto, la artista se sinceraba una vez más con sus seguidores: "Los retales me recuerdan un poco a mí. Son las canciones olvidadas, la niña a la que elegían la última para hacer equipo en clase de gimnasia. Son los gatos negros, el número nueve del eneagrama. Sin ser yo nada de eso. He descubierto hace poco que soy un uno, un puñetero uno. Son el capítulo de esa serie, en el que quizás no ocurre nada que cambie el rumbo de la historia, pero si lo miras bien, te pone la piel de gallina por el color, el arte, la banda sonora… Amo mis retales, porque sin formar parte de nada, ellas mismas son un todo. Ojalá tuviera yo ese poder, ojalá fuera yo un nueve, ojalá fuera yo un retal, que pese a haber perdido el resto de sus trozos, es capaz de ser y estar tan entera".
Las tres primeras canciones que Maialen presenta con estos 'Retales' están compuestas de su puño y letra y son temas grabados casi de forma casera, con imperfecciones y llenas de honestidad. Perdóname cuerpo es la primera de ellas y lo es porque se trata de un agradecimiento y un perdón simultáneo a su propio cuerpo. Con ella, la persona que hay tras el alter ego de Chica Sobresalto, abajo del escenario y cuando se apagan los focos, se disculpa por todo el daño que se hace y del que es consciente a la vez. Es una guitarra en primer plano, una voz desnuda y pequeñita que enumera todos los efectos de su dueña.
"Perdóname cuerpo por esta cabeza, por llenarte de humo, por no dejarte dormir..."
"Vuelvo a buscar entre tus costillas y tu corazón a ver si está mi autoestima ahí"
La melodía que amansa mis fieras, en cambio, habla de la paz que nace de un instante entre los muchos que se llenan de amor cuando una relación es hogar correspondido y mutuo. La navarra cuenta que la compuso junto a Gorka Cia cuando tenían 17 años, "en una maqueta horrible que se llamaba 'Ni sintigo ni con ti'". También, Maialen afirma que hace un tiempo entendió que "ella misma debe ser su propia casa". Tras una extensa y emocional instrumental a piano de Leire Celestino, la voz de la cantautora se entremezcla con sus propios suspiros en una canción de las bonitas, de las dedicadas.
"Eres como un paisaje de interludio entre dos temas en dominante, tensión, un momento de paz en mitad del ajetreo; un beso apasionado entre un montón de batallas perdidas, la luz que me quita el miedo en las noches más frías"
De los momentos que no llegan a ser canción, al final, siempre se abre camino la inspiración. "Disnea habla de cuando alguien te deja sin respiración, de cuando alguien se va y sientes que se ha llevado un parte de ti", cuenta la autora de su retal favorito. Es la canción más breve de todas, una voz muy aguda y un tanto herida que solo pide aire junto a su guitarra eléctrica. Así nada, sin más complicaciones, tras dejarse la piel y el alma en Oxitocina en plena grabación de Sinapsis en el estudio Blind Records.
"Sabes que no puedo respirar y se apaga la luz, me has dejado sin luz, muerta de miedo"
Y, finalmente, Maialen nos regala un bonus track con una de sus últimas composiciones. Además, Basandere -"señora de los bosques" en euskera- es más especial si cabe porque habla de su tierra, de sus orígenes, de las raíces de cualquier historia de brujas. Esta canción, compuesta junto a Diego Arroyo (Ventiuno) y producida por Jaime Summers, es un proyecto de la mano de Visit Navarra.
"Soy mujer salvaje, de donde nace el agua que emana la Tierra, nos cuida y arraiga"
Entre paisajes naturales inmensos, Mai va convocando a su akelarre (Maiaia Li, Claudia Chocarro, Bella Kaiser, Eddi Shaizea, Andrea Irurzun y El Juncal Flamenco) de bailarines. Hasta que se juntan en una especie de "última cena" con productos de la zona. Ataviada con un llamativo vestido rosa, la artista combina español y euskera -la canción cuenta con subtítulos bilingües en todo momento- para describir y enumerar los destinos más destacados de su tierra natal. El videoclip es una producción de Leire de Esteban, Iñigo Chalezquer y Ane Aldaya.
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