La artista lanza una nueva versión de uno de los temas de su EP 'Doble o nada'
La artista presentó en el mes de abril su segundo EP, 'Doble o nada', un trabajo con cinco canciones que seguían un mismo hilo narrativo. De ese tracklist, formaba parte Mariposas, un tema que tomaba el objeto clave del videoclip de Los recuerdos -el que fuera el primer single- y lo trasladaba a un nuevo corte del disco. Ahora, Nerea Rodríguez presenta su esperado primer tema en catalán, Papallones, que, aunque no es inédito, viene cargado de ilusión.
"Cantar en catalán es algo que me hace muy feliz desde pequeña y ahora lo puedo hacer con una canción mía! Espero que la disfrutéis tanto como yo!!", escribía en sus redes sociales para anunciar el estreno. Y es que la canción, originalmente compuesta junto a los hermanos Andrés y Martín Ceballos (Dvicio) y la cantautora Yobi Zúñiga, ha sido traducida de forma muy acertada por la catalana. Además del marcado beat y el piano, destaca en la melodía el sello del productor Tato Latorre. En consonancia con el género pop, Papallones incluye gran presencia de sonidos electrónicos y percutidos en todo momento.
Con esta canción, Rodríguez habla desde la superación de una relación tóxica tras la que se elige a sí misma. Se ha cansado de excusas y no quiere siquiera volver a verle porque todas las mariposas que sentía murieron por exceso de dolor. Ahora, se ha librado de una montaña rusa emocional y empiezan a crecerle las alas. Por eso, decide que no caerá en el mismo error otra vez.
"No et vull suplicar mai més, m'ho vaig aprendre bé"
"Tu ja eres a la meva ànima, tant, que ja no em podia oblidar"
El videoclip que acompaña a Papallones viaja hasta Ibiza de la mano de Óscar Fernández, de BePart Producciones. Recorriendo estos paisajes idílicos en la costa de la isla, Nerea aparece como única protagonista y se dedica a reflexionar -de día y de noche- sobre lo que deja atrás. Estéticamente, se basa en los tonos tierra que contrastan con el azul turquesa del agua y los amarillos/naranjas del atardecer. Además, destaca la gran interpretación emocional de la catalana, capaz de gestualizar directamente a cámara y quedarse prendida del horizonte al mismo tiempo.
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