Este nuevo estreno supone la vuelta de la colombiana a la pista de baile y al movimiento de caderas
La última vez que escuchamos su voz fue junto a Black Eyed Peas en GIRL LIKE ME o, en español, junto a Anuel AA en Me gusta, a principios de 2020. Por ello, el lanzamiento de Don't wait up supone el regreso musical de Shakira, además, por todo lo alto. Se trata de su primer tema en solitario, tras varios años en los que solo ha presentado colaboraciones, desde que viera la luz El Dorado (2017), su undécimo álbum de estudio.
Esta canción, íntegramente en inglés, ha contado con el trabajo de composición de Emily Warren e Ian Krikpatrick, coproductor del tema junto a la propia artista. Con este nuevo single, la colombiana a puesta por un regreso también a la música disco de los años ochenta y noventa. Entre sonidos pop-electrónicos surge una melodía muy rítmica en la que Shakira mantiene una voz aguda y casi susurrada, mucho más melódica que lo que venía presentando en su carrera.
Se trata de un "himno bailable de empoderamiento que invita a todo el mundo a la pista", ha dicho. Y es que la letra de Don't wait up narra una locura que ya no es buena para ella y cómo se da cuenta de que, al menos por una noche, necesita salir a bailar sin que importe el desenlace ni que la fiesta acabe al día siguiente. Así, la artista se antepone a sí misma, le reprocha aquellas actitudes que no la valoraron como merece y decide que ignorarlo es la mejor estrategia para que aprenda lo mucho que puede perder.
"Don't let your mind think it's someone else, I need to do something for myself"
"Why won't you put down your phone and look me in the eye?"
El estreno ha llegado acompañado de un videoclip, dirigido por Warren Fu, en el que Shakira surfea en las aguas de Tenerife junto a profesionales como Paolo Giorgi y Yael Peña. Las escenas en pleno océano juegan entre la luz del sol y las luces LED de múltiples colores -emulando esa discoteca en la que Don't wait up está esperando sonar-, junto a movimientos de lo más sensuales. A su vez, la colombiana interpreta una coreografía en una especie de escenario o sala de baile, acompañada de varios bailarines y bailarinas, todos ellos ataviados con looks entre lo urbano y la música disco.
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